La educación online cobra relevancia en el mundo post COVID 19, pero hay mucho por hacer

Aunque queda claro que hay mucho camino por recorrer en el mundo educativo para hacer de la tecnología un componente protagónico del proceso de enseñanza y aprendizaje, más que un mero canal o vehículo

El futuro de la educación pasa por la tecnología: La crisis del Coronavirus lo ha dejado claro, y ha demostrado las carencias que hay en esta materia. Por una situación excepcional como la que hemos vivido, millones de estudiantes en todo el mundo se vieron forzados a llevar sus procesos de aprendizaje al mundo online, lo que dejó en evidencia carencias en el sistema educativo, en el enfoque de los contenidos, en las estrategias y metodologías educativas y hasta en el dominio de herramientas de aprendizaje por parte de los estudiantes.

Si bien más del 80% de los padres españoles reconoce que su percepción del e-learning ha cambiado tras la experiencia vivida durante el confinamiento provocado por la COVID-19, y que ahora otorga una mejor valoración a la educación digital, especialmente cuando se combina con métodos tradicionales; aún hay mucho camino por recorrer.

Así se desprende de un estudio realizado por Lingokids, empresa española especializada en el aprendizaje en inglés para niños de edades tempranas, a partir de una encuesta realizada a 600 familias españolas con hijos menores de 11 años.

“La pandemia ha hecho que los modelos educativos basados en herramientas tecnológicas y en procedimientos telemáticos, que hasta ahora se consideraban un complemento más de la educación presencial tradicional, hayan adquirido el máximo protagonismo por imperativo del estado de alarma, convirtiéndose en la principal vía de aprendizaje y copando el 56% del total de actividades llevada a cabo por los niños españoles durante este periodo, según los datos recogidos en nuestro informe”

Ellen Wartella, directora del Centro de Desarrollo Humano y de Medios de la Universidad de Northwestern y miembro de la Junta Educativa de Lingokids

Estos datos ratifican los obtenidos en la encuesta “COVID-19 y educación: la opinión de los padres”, realizada por Smartick, según la cual 3 de cada 4 padres españoles creen que esta crisis sanitaria debe servir para replantearnos el sistema educativo. Porcentaje que se eleva hasta el 85% entre los progenitores que consideran decisivo que el colegio imparta un modelo de aprendizaje mixto, es decir, que integre herramientas online en el currículo escolar

Este tipo de propuestas mixtas y con la tecnología como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje nos recuerda, sin duda, a propuestas que hemos conocido bien antes como la de Samsung Smart School que propone precisamente hacer que la tecnología sea parte de la metodología educativa más que el mero hecho de poner pantallas por ponerlas frente a los alumnos.

La brecha tecnológica

 el 79% de los padres cree que con métodos online se consigue mayor personalización y adaptabilidad para practicar conceptos que se imparten en la clase por los profesores y 7 de cada 10 familias sienten que están más informados sobre los contenidos que trabajan sus hijos con herramientas online que en el colegio, según la encuesta de Smartick.

Sin embargo, la realidad es que no todos los centros educativos estaban preparados para asumir este reto acelerado de digitalización, por lo que para mantener la continuidad del proceso educativo se han combinado diferentes técnicas, desde el uso de plataformas digitales escolares, clases en vivo mediante herramientas de videoconferencia y exámenes por vía telemática hasta el envío de tareas mediante e-mail o actividades tradicionales fuera de los dispositivos electrónicos. En total, la media de tiempo empleada por los niños españoles en la realización de sus tareas se ha situado entre 4 y 5 horas diarias, según las familias consultadas por Lingokids. 

Urge entonces un cambio en el modelo de enseñanza y aprendizaje, donde la tecnología no solo sea el medio o canal del proceso educativo, sino que se integre de forma efectiva a través de metodologías dentro y fuera del aula. Los profesores, pieza fundamental del proceso de enseñanza también tendrían que ampliar y potenciar sus competencias en tecnología. Esta situación dejó en evidencia que hay profesores que no saben montar una videollamada en Zoom, Teams o similares... Que si bien sobre la marcha aprendieron a hacerlo, aún luchaban hasta el último día por no saber que podían ellos mismos controlar los micrófonos de los participantes… mucho por hacer en este sentido.

Por otro lado, hay que reducir la brecha tecnológica que supone que muchas familias no cuentan en casa con la tecnología necesaria para que los niños y jóvenes puedan conectarse a Internet a atender las actividades en remoto. Para reducir este tipo de brechas, instituciones como Save The Children, en colaboración con Samsung, realizaron la dotación de dispositivos móviles como tablets para que estudiantes de familias con escasos recursos pudieran atender a sus clases online. Pero es necesario que hayan soluciones permanentes para que la incorporación de la tecnología en los procesos educativos sea una ventaja para todos, y no un obstáculo para algunos.

En definitiva, queda claro que hay mucho camino por recorrer en el mundo educativo para hacer de la tecnología un componente protagónico del proceso de enseñanza y aprendizaje, más que un mero canal o vehículo… Con empeño y proyectos interesantes que hay en marcha de seguro lo lograremos, al menos ya es un buen síntoma el cambio de mentalidad en alumnos, padres y docentes. Un paso a la vez.

Periodista | SerieAdicta | Hispanovenezolana

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