La LEGO Película: Una historia para los geek-nostálgicos

Dos avisos: el tráiler destripa demasiados chistes y desearás el gigantesco sótano de Will Ferrell

Todos hemos jugado con esos pequeños bloques de construcción de LEGO que, poco a poco, han ido enriqueciéndose tanto en tamaño como en variedad, dándonos la oportunidad de construir universos enteros mediante sus bloques de plástico: desde aquellos sencillos kits de construcción de edificios casi totalmente cuadrados, hasta las complejas creaciones inspiradas en diferentes ambientes como el lejano oeste, los piratas, la edad media, el espacio…

 

Al mismo tiempo han ido creciendo el número de personajes: desde los muñecos más sencillos de los inicios hasta miles de personajes de todos los gustos y colores, reales o imaginarios: vaqueros e indios, piratas, caballeros medievales, samuráis, astronautas, espías, personajes de películas como Harry Potter o El Señor de los Anillos, además de conocidos iconos como Superman o Batman.

 

Pues por fin, después de muchos años de espera (la compañía de juguetes danesa nació en 1934), llega la LEGO película, una cinta de animación con una historia sencilla pero muy eficiente.

 

Dirigida por Phil Lord y Christopher Miller (“Infiltrados en clase”, “Lluvia de albóndigas”), esta original historia animada cuenta la historia de Emmet, una figurita LEGO absolutamente normal y fiel a las normas que es identificada por error como la persona más extraordinaria y la clave para salvar al mundo. Se ve entonces inmerso en una búsqueda épica para detener a un malvado tirano junto a un grupo de desconocidos, una aventura para la que Emmet no estará preparado en absoluto.

 

Es una película hecha por y para entretener y hacernos pasar un buen rato, cosa que consigue con creces. Porque su mayor virtud es un gran sentido del humor que hará las delicias de los más pequeños, mientras que los mayores sonreiremos de una forma cómplice al reconocer guiños claramente dirigidos hacia nosotros, consiguiendo una máxima complicidad con todos los espectadores gracias a sus chistes sobre la cultura popular y sus guiños cinéfilos.

 

Desde el primer momento podremos observar algunas críticas a la situación social y económica de su (nuestro) mundo: como dice la canción «Todo es fabuloso». Todo es fabuloso mientras todos sigan las instrucciones, mientras nadie se pregunte por qué «hay que destruir lo raro» o mientras todos vean la alienante programación televisiva (también dirigida por el gobierno).

 

De hecho es la canción oficial del gobierno, de un controlador gobierno dirigido con mano de hierro y guante de seda en forma de consumismo de productos oficiales, de bombardeo mass-media… “No pienses, consume” sería la regla básica, como dejan claro desde casi el primer momento en que aparece Emmet.

 

Pero no penséis que es una historia sesuda y crítica, es mucho más simple: una divertida aventura de una persona normal que descubre que todos somos especiales, incluso el malo de la película (Megamalo), plagada de buen humor tanto para niños como para adultos y en el que incluso hay lugar para cierta «mala leche» que se nos queda corta (se nota la mano del Chris McKay, uno de los principales responsables de la desternillante y gamberra Robot Chicken), como cuando todos se ríen de un juguete astronauta de los 70, totalmente obsoleto. O el final de la película, con una última e inesperada invasión.

 

 

Está plagada de buenos chistes y de pequeños detalles (el agua, las nubes, los disparos…) que harán necesaria una revisión de la película. Además de un primer final con el que algunos nos sentiremos identificados, cuando nos muestren el verdadero propósito de juguetes como estos, propósito que algunos olvidan.

 

Reiremos con las ocurrencias de Emmet, pero también de un genial Batman y de muchas «estrellas invitadas». Es genial la interrelación Superman-Green Lantern, pero, además, veremos muchas caras conocidas aunque, y ahí está el truco, introducidas en ambientes insospechados, dotadas de diálogos irreverentes y unidas por una gran imaginación. Al ser una producción de Warner, Emmet se verá ayudado y rodeado de todo tipo de personajes pertenecientes a esta productora: los superhéroes de DC, los personajes de Tolkien, los del mundo de Harry Potter, etcétera (es más que probable que se produzcan más “LEGO películas” con todos estos personajes, siguiendo la estela de los divertidos videojuegos).

 

Porque son los personajes la verdadera riqueza de esta película, y que pasan de ser meros arquetipos para llegar a convertirse en seres a los que tomaremos mucho cariño: además de Emmet, por supuesto, encontraremos a la encantadora Super Cool, un espíritu libre a quien le gusta superar los límites y ser creativa.

 

Por supuesto no puede faltar el villano, Megamalo, obsesionado por que todo esté perfecto y sea normal. Está al frente de un grupo empresarial que produce música, programas de televisión, sistemas de vigilancia, libros de historia y máquinas para votar, además de todos los productos lácteos y el café. Un conjunto de personajes antológicos, con unos secundarios geniales, como un policía bipolar (poli bueno/poli malo), un pirata reconvertido en Transformer y, sobre todo, por encima de todos ellos, Batman, en la que posiblemente sea la versión más molona de todas las que hemos visto (Bruce Timm me perdone).

 

Puede que Emmet sea el elegido, pero cada vez que Batman aparece roba cada plano, comiéndose la cámara. Su canción heavy y autobiográfica, el hilarante (y desvergonzado) encuentro con unos invitados estelares (en los dos sentidos de la palabra) son algunos de los mejores momentos de la película.

 

La LEGO película mantiene el planteamiento clásico del viaje iniciático del posible salvador anónimo que se enfrenta a su mesiánico destino y que, como Bilbo o un cuadriculado Neo, va creciendo como héroe durante el camino, pero ahora amenizado con una gran simpatía de los personajes LEGO.

 

Por último, cabe destacar un gran acierto en las voces: si en la versión original estos personajes son doblados por famosas voces como Will Ferrer o Liam Neeson entre otros, en la versión española tenemos a sus habituales dobladores como Luís Posadas o Salvador Vidal, respectivamente, además de breves apariciones como Pepe Mediavilla, de nuevo doblando a Gandalf. Pero, sin duda, uno de los mejores personajes es Batman (doblado por Claudio Serrano, quien da la voz al hombre murciélago en las últimas películas), que ayuda magistralmente a aumentar la personalidad de este personaje.

 

En resumen, una divertida película con la que pasaremos un estupendo rato, y en la que disfrutaremos tanto nosotros como nuestros hijos, que al final nos enseñará quién es especial y qué podemos hacer cada uno de nosotros… además de darnos una lección sobre esos juguetes que atesoramos durante años y de los que olvidamos su principal función.

 

No se convertirá en un clásico, pero seguro que la veremos varias veces al cabo del tiempo. Un festival de humor e imaginación, muy buena en el apartado visual (aunque os podéis ahorrar el 3D), pero genial en el argumento, que nos regala un importante mensaje a favor de la creatividad y contra el pensamiento único. Una simpática gamberrada no demasiada infantil (aunque ellos lo disfrutarán tanto o más que nosotros) y con más capas que una cebolla. Eso sí, la LEGO Película es, posiblemente, el anuncio más caro de la historia. Pero el más caro, y uno de los más brillantes y divertidos. Lo compramos y encima nos divertimos.

 

Dos avisos: el tráiler destripa demasiados chistes y desearás el gigantesco sótano de Will Ferrell.

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