Transportar una fruta puede ser una odisea. Puede llegar estropeada y hasta dañada, lo que se traduce en pérdida para el comerciante. Para evitar este tipo de situaciones, un grupo de científicos suecos creó una fruta robótica. Es parecida en forma y composición a la original, que monitorea el trayecto hasta llegar a su destino.
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Esta fruta robótica es en realidad un sensor con la forma del alimento. Tiene también otras características muy parecidas que viaja junto al resto. En el trayecto, va enviando información a los involucrados en toda la cadena de comercialización sobre la temperatura y condición de la caja.
Para crear la fruta robótica se escanea la original con rayos X para que un algoritmo pueda generar la textura y tamaño promedio. Luego se pasa por una impresora 3D y el objeto toma forma. Para ser lo más parecida posible a la fruta original y dar los resultados más precisos, los científicos suecos llenan el molde de la fruta robótica con un compuesto de carbohidratos, agua y poliestireno, introducen el sensor y a la caja con el resto de las frutas.
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Por ahora la fruta robótica sólo está disponible en variedades de manzana Braeburn y Jonagold. También está disponible en el mango Kent, naranjas y el clásico banano Cavendish.
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