Desde hace más de 20 años, la compañía estadounidense de software y hardware, Microsoft, libra una fuerte lucha contra la comercialización ilegal de sus productos, pero en esta oportunidad ha puesto especial atención a Windows 7.
Según medios especializados en tecnología, la multinacional norteamericana ha estado monitorizando IPs con el fin detectar la piratería, a gran escala, del sistema operativo que tiene, hoy por hoy, la mayor cuota de mercado. A estos efectos, los usuarios normales del servicio informático no tendrían motivos para preocuparse.
Todo este procedimiento viene a partir de una demanda hecha por la compañía, contra una IP que habría realizado cientos de activaciones de copias piratas del software.
Microsoft exige no solo el beneficio que le corresponde por los actos de piratería en contra de sus derechos, sino también una indemnización por el triple de los daños causados y el pago de los costes que se generen por todos los trámites judiciales.