Así nos llevan las redes sociales al amor… u otros demonios [+ #podcast]

Facebook, Twitter, WhatsApp y otras redes sociales archiconocidas son tendencia romántica para muchos, ya que a través de ellas logran encontrar el amor, pero ¡cuidado! Según como se usen, pueden desencadenar celos, acosos y rompimientos.

Las redes sociales han cambiado la forma en que nos relacionamos con familiares y amigos y han facilitado el acercamiento de personas que no se conocen, desarrollando relaciones de trabajo, amistad y hasta de amor.

Aunque desde los comienzos de Internet han existido páginas y sitios web dedicados a funciones casamenteras, por ejemplo, la comodidad de las redes sociales ha permitido a las personas mantenerse siempre conectadas y disponibles, sin tener que llenar datos para un “vergonzoso” perfil con la intención de encontrar pareja. En pocas palabras, son perfectas para el que anda buscando pero no quiere parecer desesperado.

No obstante, el uso de las RRSS debe ser cauteloso, prudente, pues a veces un estado actualizado inoportunamente o una foto que se haya colado, pueden traer como consecuencia disgustos, celos, acosos y hasta rompimiento de las relaciones. Es así como pueden llevarnos las redes sociales al amor u otros demonios.

El coqueteo

Por lo regular, a la gente le gusta hallar a su media naranja dentro de un ambiente conocido – alguien que sea amigo de un amigo- para tener buenas referencias y confiar en que, tal vez, sea su alma gemela. Para esto es ideal Facebook, con su principio de seis grados de separación, sus perfiles generalmente realistas, con fotos no muy modificadas de perfil y portada y datos personales visibles como la religión, la tendencia política, el país de origen y residencia.
Además, es más sencillo ponerse en contacto con los “amigos de los amigos”.

Una página llamada Wikihow, incluso da recomendaciones de cómo preparar un perfil para coquetear y cómo entrar en contacto con los posibles prospectos en Facebook (sin embargo, estos tips pueden servir para otras redes sociales como Instagram, Twitter, YouTube, entre otras).

Entre los consejos que se dan están 1) Colocar una foto de la persona en el perfil y la portada -nada de mascotas ni imágenes genéricas- pues la idea es que otros conozcan al interesado. 2) No publicar demasiadas fotos o alguna con las exparejas, ya que puede parecer que hay aún algún tipo de nostalgia y deseo de volver a esa relación del pasado. 3) Comentar fotos o estados relevantes de la persona que es objeto del interés. 4) Aprovechar la relación con amigos en común para entablar una conversación. 5) Comentar de manera regular las publicaciones del otro. 6) Después de estos pasos coquetear directamente, invitando a la posible pareja a tomar un café o salir. 7) Si todo ha funcionado como se esperaba puede ser el comienzo de una nueva relación, de lo contrario es necesario evaluar una retirada y no continuar buscando hacer contacto con una persona que nos ha rechazado.

Si esa actitud insistente sobre alguien desinteresado persistiera, podríamos ser confundidos o estar convirtiéndonos en un stalker.

¿Qué es stalkear?

Proveniente de los términos en inglés Stalk o Stalker, que significan acosar o acosador respectivamente, el pseudo verbo “stalkear” -aún no incluído como palabra válida por la RAE- se refiere a la acción de vigilar, comentar y compartir en exceso las publicaciones de otra persona en las RRSS.

El Instituto Tecnológico de Tamazunchale, en México, define a quien stalkea como “una persona que vigila o espía, mediante Internet, sobre todo utilizando las redes sociales. Algunos académicos los llaman los observadores silenciosos o fantasmas. La acción de stalkear, implica una práctica común. Cuando ves las fotos que publica tu exnovia, mediante una cuenta del amigo para que no sepa que eres tú o cuando no dejas de apretar F5 para ver si tu novio actualiza en Twitter algo que te permita saber qué hace, ambas acciones son stalkeo”.

Un “stalker” sigue comúnmente a sus “víctimas” a través de todas sus redes sociales, para así estar al tanto de todos sus movimientos (revisa hasta la primera foto que haya subido a Instagram). Además, lo “googlea” para encontrar más información que pueda pasarse por alto y si es su pareja, le reclama por las actualizaciones de estado o publicaciones que contengan detalles que no conocía.

Se puede incluso stalkear por WhatsApp, sobre todo desde que esta aplicación activó el doble check azul y el visionado del momento en que las personas de un grupo leen tus mensajes. De por sí, de no estar desactivada la opción, es posible conocer cuándo está una persona en línea o cuándo fue la última vez que se conectó.

whatsapp

Si el espiado o espiada es la pareja, lo más seguro es que el o la stalker, sea una persona celosa.

Celos por WhatsApp

Hay quienes piensan que WhatsApp además de ser una facilitadora de la comunicación es una facilitadora de conflicto. Pero ¿es realmente la propia aplicación la culpable? ¿Son las redes sociales las causantes de los problemas? o ¿Son los usuarios y sus comportamientos los que generan la tensión?

La psicóloga Alicia López de Fez, del Centro de Psicología López de Fez, ha explicado que una persona que se pase todo el día con el móvil en la mano, revisando WhatsApp, puede fácilmente producir los celos de su pareja, quien eventualmente se preguntará con quién habla y por qué durante tanto tiempo. Incluso puede provocar que la que siente los celos comience a escribirle para exigir respuestas o para conocer constantemente lo que hace o deja de hacer.

“Esto puede generar una situación en la que la relación no esté basada en la confianza plena. Además, una persona que no para de escribir a su pareja tiene una dependencia emocional muy grande. Y un comportamiento obsesivo puede romper cualquier relación”.

La cuestión es que no es culpa de WhatsApp, aunque ciertamente le trae ventajas al stalker para seguir de cerca los pasos de su alma gemela.

¿Divorcio por culpa de las redes sociales?

Una discusión por una foto, un estado o una conversación puede ser motivo de grandes problemas y llevar a fuertes decisiones. Un divorcio, definitivamente es una fuerte decisión, pero ha sucedido.

Estudios recientes han revelado que uno de cada cinco matrimonios, en la actualidad, aporta pruebas halladas en Facebook, para tramitar la separación.

divorcio

Según el psicólogo y terapeuta matrimonial en la Universidad Loyola de Chicago, Steven Kimmons, es factible un rompimiento cuando “uno de los cónyuges conecta con alguien que conocía de la escuela. La persona está sentimentalmente disponible y empieza a comunicarse a través de Facebook. Luego, el intercambio de historias personales da lugar a una profunda sensación de intimidad, que a su vez puede derivar en el contacto físico”.

Por otro lado, el abogado especialista en Tecnologías de la Información, Leandro González Frea, opina que los mensajes de WhatsApp, SMS, Facebook y DM de Twitter son “el lenguaje por excelencia de la infidelidad”, en nuestros días. De hecho, en un estudio que lleva el nombre del jurista, se revela que 80% de los juicios de divorcio que llegan a tribunales se inician con pruebas informáticas como mensajes de texto, correos electrónicos, chats o comunicaciones mediante las redes sociales, punteando de estas últimas Facebook y Twitter.

Un dato curioso es que además de ser “causantes” de separaciones pueden ser canalizadoras de esas separaciones, tal como lo demostró un fallo de un juez de Nueva York, a favor de una mujer que no podía encontrar físicamente a su marido para hacerle llegar los papeles de divorcio. Este curioso caso, que se volvió viral, transformó a Facebook en una paloma mensajera de malas noticias, pues a través de la red social se le hizo saber al caballero que su esposa quería dejarlo.

En conclusión, todo depende del uso que se dé a estas vías de comunicación e interrelación. Está en cada uno de los usuarios escoger si desean que los lleven las redes sociales al amor u otros demonios.

 

El amor en TechDencias con GizTab: ¡Escucha nuestro podcast!

Como cada semana en nuestro espacio «TechDencias con GizTab» transmitido por OndaCRO, la radio online del Grupo PR Noticias, tratamos un tema relacionado con cómo las nuevas tecnologías están cambiando nuestro día a día. En esta oportunidad ha tocado el turno del amor: ¿Puede la tecnología afectar la forma en que nos enamoramos?

Para abordar este tema, nuestra directora editorial, Esperanza Hernández, ha contado con invitados de excepción: Andrés Purriños, experto en tecnología y fundador de TekNlife.com; César Salza, responsable de tecnología de PR Noticias y coordinador de OndaCRO; y Manuel Moreno, periodista experto en redes sociales y fundador de Trecebits.com. Junto a ellos intentamos descifrar si las redes sociales han modificado las formas del amor… ¡y del desamor! La respuesta puedes descubrirla dándole al play:

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