¿En qué se diferencian un renting y un leasing tecnológico?

Muchas personas confunden renting y leasing tecnológico. Aquí queremos explicar sus diferencias para que sea más sencillo entender qué alternativa cubre más aspectos necesarios para una empresa.

Hasta hace poco, la única opción para las empresas era la compra de todos aquellos equipos informáticos y dispositivos electrónicos que necesitaban. Esto suponía no solo una gran inversión, sino también la obligación de hacerse cargo de su mantenimiento y reparación. Sin embargo, con el paso de los años, surgieron alternativas muy interesantes desde el punto de vista económico. Hablamos del leasing y del renting tecnológico. Aquí queremos explicar sus diferencias para que sea más sencillo entender qué alternativa cubre más aspectos necesarios para una empresa.

¿Qué es el renting tecnológico?

Según un estudio realizado por la consultora BCN Binary, un servicio de renting tecnológico permite ahorrar hasta un 15 % del coste total de la propiedad a las empresas que lo contratan. Pero ¿Cómo es esto posible?

El renting tecnológico es, fundamentalmente, un servicio de alquiler de dispositivos electrónicos. Es decir, la empresa nunca es propietaria de los equipos que utiliza; solo tiene el derecho a usarlos durante el período de vigencia del contrato a cambio del pago de una cuota mensual. Tampoco se responsabilizan de su mantenimiento ni de la reparación de averías, siempre y cuando, no se deban a un mal uso por parte de sus trabajadores. Es posible, no obstante, tener un seguro aparte que cubra estas contingencias.

¿Y el leasing tecnológico?

Muchas personas confunden renting y leasing tecnológico. Sin embargo, aunque el leasing tenga características en común con el renting, presenta marcadas diferencias.

  • Mantenimiento del equipo. Este costo lo cubre el arrendatario.
  • Más que un alquiler, es un préstamo. Se debe pagar una cuota inicial, y pagos mensuales hasta por un año, en el caso de productos tecnológicos.
  • Tres opciones finales. Al concluir el período pactado para el pago de las cuotas, el cliente puede elegir entre pagar una cantidad final previamente pactada y quedarse en propiedad con el dispositivo, no pagarla y devolver el aparato a la compañía, o cambiarlo por otro nuevo a cambio de la renovación del contrato de leasing.

Por ejemplo, si queremos comprar un Samsung Galaxy Z Flip 3 valorado en 1500 €, podríamos pagar 500 € de entrada y 50 € mensuales durante 12 meses (100 € de interés). Pasado ese tiempo, tendremos que elegir entre pagar los 500 € que faltan para quedárnoslo en propiedad, devolverlo y suprimir la deuda o cambiarlo por el Galaxy Z Flip 4 u otro modelo de similar gama.

Entonces ¿qué es mejor? ¿Leasing o renting tecnológico?

Es una pregunta que se hacen muchas empresas. A nuestro juicio, el renting tecnológico es una opción que se adapta mejor a sus necesidades. Las razones son las siguientes:

  • No exige realizar grandes desembolsos iniciales. Esto es ideal para los negocios que están empezando, para los trabajadores autónomos y para las compañías con problemas financieros, por ejemplo.
  • Permite controlar perfectamente el presupuesto. Ya que se sabe con certeza lo que se va a pagar cada mes y diseñar partidas de gasto específicas.
  • Mantenimiento incluido. Es la empresa prestadora del servicio la que tiene que asegurar que los equipos funcionan perfectamente en todo momento. De hecho, brindan un servicio 24/7 en este sentido.
  • Siempre a la vanguardia. Los equipos tecnológicos tienden a quedarse anticuados rápidamente. Basta con negociar su sustitución cada cierto tiempo para que la empresa esté siempre a la última.

En cambio, el servicio de leasing tecnológico suele adaptarse mejor a las necesidades del público general. Esto se debe, fundamentalmente, a que está enfocado en la compra definitiva del dispositivo y permite financiarlo en condiciones bastante ventajosas. Solo hay que pensar en cómo este modelo ha calado en otros sectores como es, por ejemplo, el de los automóviles.

En definitiva, el renting tecnológico supone un importante ahorro de dinero para las empresas y, además, les permite estar siempre a la última. Además, tiene bastantes beneficios fiscales. Se trata de una interesante alternativa al leasing, un modelo con el que se suele confundir pero que presenta mayores atractivos para los usuarios particulares.

Periodista. Mezclo #tecnologia y ciencia que mejora la vida de las personas!

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