Vivimos en la era de la información y de las comunicaciones instantáneas, donde gran parte de lo que ocurre se transmite a través del Internet. Hoy día entendemos el poder que tienen las comunicaciones y hemos visto cómo las nuevas tecnologías han cambiado radicalmente la manera de hacer ciertas cosas. Una de las cuestiones que ha traspasado la línea de lo físico para desplazarse hacia el mundo online es la guerra y un ejemplo de ello es el “ejército de Facebook” creado por el Reino Unido, una modalidad de combate que podría volverse la principal forma de ataque de este siglo.
El ejército británico ha decidido crear una fuerza especializada inspirada en los Chindits, aquella tropa que ganó renombre gracias a sus atrevidas misiones llevadas a cabo en las líneas enemigas en Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata entonces de una nueva versión de la Brigada 77, que se especializa, según han dicho las autoridades británicas, en formas «no letales» de guerra psicológica, a través del uso de redes sociales como Facebook y Twitter para «luchar en la era de la información».
La brigada, que comenzará operaciones formales en abril y que tendrá su sede en el condado de Berkshire, en Inglaterra, se encargará de conseguir sus objetivos sin violencia y si bien es cierto que sus integrantes estarán entrenados para el combate, las principales armas de esta tropa serán las herramientas tecnológicas junto a sus habilidades en el campo cibernético.
Sus actividades se desarrollarán a través de campañas en Facebook y Twitter, la difusión de información falsa o verdadera en zonas de guerra y operaciones de bandera falsa (operaciones encubiertas diseñados para engañar a la gente haciéndoles creer que fueron llevadas a cabo por otras entidades), entre otras. Uno de sus objetivos será también el de proteger las redes informáticas y datos vitales y si es necesario atacar a objetivos cibernéticos, como por ejemplo, desactivando las comunicaciones del enemigo, las armas, los aviones, los barcos, etc.
El General Sir Nicholas Carter, Jefe del Estado Mayor del Reino Unido, ha indicado que el nuevo plan es esencial para hacer frente a los campos de batalla «asimétricos» del siglo 21, donde las tácticas y estrategias difieren de manera significativa entre los diferentes enemigos. La forma de combate puesta en práctica por los aliados contra los japoneses en la Segunda Guerra Mundial, muestra lo exitoso que puede ser el utilizar tácticas poco convencionales en el campo de batalla. Asimismo, algunos oficiales militares británicos han señalado que los conflictos armados que se han presentado en los últimos tiempos, como los de Irak y Ucrania, han demostrado el potencial y la influencia que tiene la guerra informativa.
Hoy día, los campos de batalla han dejado de ser espacios físicos y los militares han tenido que aceptar otro dominio más allá la tierra, el mar y el aire: el ciberespacio. Controlar este nuevo campo es el objetivo de muchos en la actualidad porque se ha entendido que un ataque de tipo cibernético tiene el poder de paralizar a una sociedad. Para atacar un país ya no es necesario acabar con su ejército, tan solo basta controlar las comunicaciones y destruir su estructura informática.
Ya lo habíamos dicho, la ciberguerra es la guerra del siglo XXI y dentro de ella encontramos esta guerra psicológica, una batalla que busca controlar el elemento más poderoso que tenemos: la mente. Ahora, ¿qué pasará si todos quieren adentrarse en este tipo de operaciones en la red? ¿Podremos realmente distinguir qué es real y qué no lo es? No es que ahora estemos seguros de la información que nos llega a través de Internet, pero al menos, hasta los momentos, no se sabía tan abiertamente de este tipo de tácticas.
Podría decirse que el Reino Unido, por hacer del conocimiento público este tipo de estrategia, ha abierto una caja de pandora. Sabemos que con la popularización del Internet y específicamente con el auge de las redes sociales, la mayoría de los países ha puesto en práctica estrategias para contrarrestar informaciones desfavorables para sus agendas a través de estos medios, pero al hacerse público de esta manera las cosas podrían cambiar un poco. Esta «guerra no convencional” en la era de la información parece ser una tendencia en ascenso, una bastante peligrosa si consideramos las consecuencias que puede traer el jugar con la mente humana.