Samsung Gear S, un pequeño smartphone en tu muñeca

Si bien su moderno diseño con pantalla curva y sus conexiones lo hacen un equipo muy llamativo, ¿serán sus cualidades suficientes para motivar a los usuarios a comprarlo? Veamos qué tanto nos ofrece este nuevo reloj inteligente de Samsung para que valga la pena ir a por él.

Si hay algo que queda claro es que Samsung está decidido a conquistar el mercado de los wearables, algo que confirma los numerosos smartwatches que ha lanzado la marca. El Gear S es la más reciente creación de la coreana, un dispositivo equipado con conectividad 3G y GPS que busca ser más que un accesorio para el móvil.

Sin embargo, hay muchos puntos contrastantes en el nuevo wearable de Samsung. El Gear S parece ser, en teoría, el equipo que se estaba esperando en el mercado pero, aunque ostenta su propia conexión 3G, Wi-Fi y GPS, aún no logra ser completamente independiente de un smartphone…

Si bien su moderno diseño con pantalla curva y sus conexiones lo hacen un equipo muy llamativo, ¿serán sus cualidades suficientes para motivar a los usuarios a comprarlo? Veamos qué tanto nos ofrece este nuevo reloj inteligente de Samsung para que valga la pena ir por él.

Diseño

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Físicamente el Samsung Gear S nos recuerda a un integrante de la familia Gear, el FIT, aunque con mayores dimensiones. Dispone de una pantalla curva Super AMOLED de 2 pulgadas con una resolución de 360×480 píxeles, con lo cual alcanza una densidad de píxeles de 300 puntos por pulgada, superior a la que tenían los primeros smartphones de 3,5 pulgadas de hace algunos años.

El reloj mide 39.9 x 58.1 x 12.5, lo que lo hace bastante grande sobre todo para muñecas pequeñas donde puede lucir un poco desproporcionado… Sin embargo, su diseño curvo hace que se adapte con relativa comodidad a la muñeca, aunque no por esto deja de ser extravagante. Cuestión de gustos, claro está, porque hace poco tiempo estuvieron de moda los relojes de grandes dimensiones, y además porque si fuese más pequeño, ¿dónde nos mostraría la información?

El Gear S está hecho de plástico, a excepción del borde que es metálico y la correa es intercambiable. Debido a que por el diseño del Gear S, este parece más un móvil en miniatura que un accesorio de moda, Samsung ha querido ofrecer a sus usuarios la opción de darle un look más refinado o juvenil, por lo que llegó a acuerdos con empresas como Swarovski o Diesel para la fabricación de pulseras especiales para este wearable.

Así las cosas, el Gear S tiene un pequeño botón físico debajo de la pantalla y en la parte inferior dispone de la ranura para la tarjeta (nano SIM), además de un sensor de ritmo cardiaco que al activarse emite una potente luz verde, y los conectores que sirven para cargar el reloj.

Software & Hardware

Este smartwatch tiene un procesador Dual core de 1 GHz de dos núcleos con una memoria RAM de 512 MB y una interna de 4 GB. Al igual que el Gear 2 y Gear 2 Neo, el Gear S corre Tizen, el sistema operativo de Samsung.

Al no funcionar con Android Wear, Samsung ha tenido más libertad para agregarle otras funcionalidades al dispositivo más al estilo de los smartphones como Nike Running, el navegador Opera o HERE Maps.

Sin embargo, a pesar de esta libertad el mayor problema que sufre el Gear S está relacionado con su ecosistema de aplicaciones. Aunque la tienda de apps de Gear tiene un número decente de apps, le faltan muchísimas que son importantes y las que sí tiene dependen enormemente de los datos celulares para su funcionamiento, además de que la mayoría de las apps interesantes cuestan alrededor de un dólar o más.

Pero, lo que diferencia al Gear S de otros smartwatches es su relativa independencia. Además de contar con conectividad WiFi y Bluetooth, este equipo funciona con 3G, convirtiéndolo así en más que un elemento notificador. Gracias a esta posibilidad de agregarle una tarjeta SIM, el Gear S es capaz de hacer y recibir llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos directamente desde el reloj. Se puede mantener conectado con el móvil para que funcione de manera similar a un reloj con Android Wear, o usarlo por sí solo sin una conexión a un teléfono móvil.

gearS5Hemos hablado de una relativa independencia porque a pesar de que el Gear S es el reloj inteligente más independiente de un smartphone de los que tenemos en el mercado, este sigue dependiendo mucho de estos para la mayoría de sus funciones. Por ejemplo, para configurar el equipo por primera vez se necesita la asistencia de un smartphone y no uno cualquiera, sino un Samsung Galaxy que corra con las versiones de Android más recientes, 4.3 o más.

Ahora bien, además de la variedad de conexiones, Samsung le ha integrado al equipo una importante cantidad de sensores incluyendo un barómetro, GPS e incluso un monitor de rayos UV. El Gear S también puede ser usado como monitor de actividad física ya que incorpora un sensor que permite medir el ritmo cardíaco y otras funciones a través de la aplicación S-Health de Samsung y Nike + Running, con las cuales se puede medir los pasos, tiempo de ejercicio, ritmo cardíaco, tiempo de descanso (dormir) y rayos ultravioletas. Otras funciones incluyen HERE, la navegación detallada de direcciones de Nokia, y un servicio de noticias de 24 horas del diario británico The Financial Times.

En cuanto a la autonomía del Samsung Gear S, este cuenta con una batería de 300mAh que ofrecería hasta dos días de energía, claro, todo dependiendo de cuánto se usen las funciones de GPS o 3G. En nuestras pruebas lo ha superado sin dificultad, y eso que le hemos metido caña. Adicionalmente el adaptador para cargar al nuevo reloj inteligente de Samsung incluye una batería de 350mAh que permite cargarlo cuando no se tiene acceso a un enchufe.

Experiencia de uso

gears2El Gear S tiene un diseño moderno y minimalista y aunque se ve muy bien en la muñeca, hay que decir que el nuevo reloj de Samsung puede que no sea para todos. El smartwatch es grande, por lo que en una muñeca pequeña podría verse un poco desproporcionado, o bien no ser tan cómodo. Y a decir verdad, a pesar de tener mucho estilo, sigue teniendo más pinta de gadget que de reloj.

Este nuevo smartwatch es quiźa uno de los más completos en cuanto a funcionalidades y características pero no hace nada que sea radicalmente distinto o innovador con respecto a lo que ya habíamos visto en las anteriores propuestas de reloj de Samsung. Como ya lo dijimos, la mayor diferencia del equipo está en su conectividad 3G, algo que le da ventajas y desventajas a la misma vez.

Y es que la posibilidad de incorporarle una nanoSIM le da más independencia pero esta genera dos patrones de uso que hay que diferenciar. Podemos escoger la opción de multiSIM, lo que significa que tendríamos un mismo número y una misma tarifa de datos en dos SIMs distintas, una en el reloj y otra en el móvil. Sin embargo, en este caso lo que haríamos sería recibir una misma llamada en dos dispositivos distintos. La otra opción sería escoger tener dos SIMs distintas pero acabaríamos teniendo dos números de teléfono y dos planes de datos que pagar a fin de mes…

Otro detalle es que no todas las apps podrán ofrecer notificaciones en el Gear S, así que no esperes recibir notificaciones de tus tuits, mensajes de Facebook o similares, al menos cuando lo tienes desconectado de tu teléfono.

En cuanto a las llamadas, para hablar puedes hacerlo directamente en el reloj o puedes emparejar unos audífonos Bluetooth como los Blueant PUMP Bluetooth HD Sportbuds. Para responder mensajes de texto puede hacerlo a través de comandos de voz con la función S Voice o a través del teclado, con opción QWERTY para algunas apps.

gearsEl problema con esto es que si bien la pantalla puede parecer grande para un reloj, es chica para un teclado. No es fácil escribir en una pantalla tan pequeña, inclusive con el teclado QWERTY, pero lo bueno es que el equipo incluye el texto predictivo que ayuda enormemente. Otra ventaja es que la función S Voice realmente funciona y aunque no es tan buena como el sistema de voz de Android Wear, sí es mucho mejor que la de los anteriores Gear.

Veredicto

El Gear S es un equipo ambicioso que busca tenerlo todo. Es casi como un mini smartphone para llevar en la muñeca, lo que lo hace un dispositivo muy interesante. Samsung ha creado un reloj que no solo sea vistoso gracias a su pantalla sino uno que ofrece mucho más de lo que ofrecen los equipos que tenemos en el mercado.

No cabe de duda de que el Gear S tiene un gran potencial que necesita ser explotado. Quizá el problema es que aún no se sabe que es lo que busca exactamente el usuario con un reloj inteligente.

Ciertamente las quejas del momento se centran en que no es un equipo completamente independiente de un smartphone sino más bien un complemento y aunque ha sido bien recibida la capacidad de soportar su propia tarjeta SIM para que pueda hacer y recibir llamadas y textos, aún hay muchas cosas que no puede hacer por sí solo. Cuestión de tiempo y paciencia a ver cómo se desarrollan aplicaciones que lo hagan más independiente.

Sin embargo, como usuarios es necesario preguntarnos ¿qué queremos en un smartwatch y si realmente buscamos un sustituto para nuestro móvil? No creo que sea esa la idea… Lo cierto es que por los momentos todo indica que aún nadie está claro de que lo que debe o no tener un reloj inteligente, y aunque el Gear S no cumple todas las expectativas, al menos ha dado un gran paso al mostrar un poco de esa independencia que se esperaba en este tipo de wearables.

Quizá por ahora el Gear S no logra convencer a todos, pero para quiénes busquen un reloj inteligente, sin lugar a dudas será la mejor opción. Ahora bien, hay que tomar en cuenta que su conexión 3G, que es su mayor diferencia, implica gastos adicionales – a los 400 euros que cuesta este wearable de Samsung – para usarlo como equipo independiente. Aún así, ¿te lo apuntas para la carta a los Reyes Magos?

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