La naturaleza y la tecnología se unen para crear el dron más pequeño del mundo en forma de libélula. De seguro pensarás que es un robot libélula pero no, este insecto está vivo y hace la función de un avión no tripulado.
El proyecto se llama DragonflEye y consiste en utilizar una libélula ligeramente modificada para conectarse con una mochila equipada con electrónica, sensores, una célula solar y una cámara.
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La empresa Draper es la responsable de esta investigación que pretende aportar soluciones en aplicaciones como polinización guiada, entrega de carga útil, reconocimiento e incluso medicina de precisión y diagnósticos.
Hasta ahora la tendencia apunta hacia la miniaturización de los dispositivos y más aún hacia los drones. Hace unas semanas se dio a conocer un dron de DJI de menor tamaño que el resto y ahora Draper presenta esta libélula que se lleva el premio de ser el dron más pequeño del mundo.
Periodista geek. Desde siempre y para siempre