Sabemos que Elon Musk es un hombre de retos y al que no le gusta perder. Ejemplo de ello fue la apuesta que hizo con el multimillonario australiano Mike Canon-Brookes de construir la batería más grande del mundo.
El sur de Australia es una zona que en los últimos meses ha presentado deficiencias en el suministro eléctrico. Mientras Cannon-Brookes comentaba al respecto en Twitter, Musk se entrometió y dijo que podía solucionar el problema en 100 días y, si no lo cumplía, lo haría gratis.
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Cannon-Brookes no dudó en ponerse en marcha. Consiguió el dinero y la aprobación del gobierno australiano y el pasado 29 de septiembre se inició la construcción de la batería, la cual entrará en operativida del primero de diciembre, lo que significa que Elon Musk ganó la apuesta.
La batería más grande del mundo construida por Elon Musk es de iones de litio, con capacidad de hasta 100 MW y surtirá de energía eléctrica a más de 30 mil familias. De haber perdido la apuesta, Musk hubiese tenido que pagar 50 millones de dólares.
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