La cosa está en ahorrar en calefacción y mantener la casa caliente el máximo tiempo posible. Pero hay trucos para ahorrar en casa con ayuda de la tecnología. Es algo complicado en días de invierno cuando la temperatura exterior baja de los 10 grados, y más complicado aun cuando baja de los 3 grados o se queda por debajo del cero.
Es difícil, sí, pero no imposible. Vamos a darte algunos consejos claves para lograr ambas cosas. Eso sí, nadie conoce mejor una casa que quien vive en ella. Es decir, que solo tú sabrás qué consejos son mejores para ponerlos en práctica o como adaptar otros para conseguir un mayor ahorro, tanto en invierno como en verano.
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Elige la vestimenta adecuada
Si hace frío, lo más lógico es abrigarse, aunque estés dentro de casa y poner la calefacción lo justo y necesario para mantener una temperatura agradable que no te obligue a ponerte 3 sudaderas y dos pares de calcetines. Lo que no es lógico es poner la calefacción tan alta que termines casi en bañador. Esto no sirve para ahorrar, ni tampoco es saludable para ti, ya que resecará tus vías respiratorias y terminarás con algún resfriado por el cambio de temperatura.
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Ventila la casa solo por la mañana
Sabemos que por la mañana hace frío, pero la mejor opción es ventilar 15 minutos cada habitación de forma individual, nada de crear corrientes. De esta forma no dejas que el calor se escape, además, cuando estés ventilando, apaga la calefacción, para no desaprovechar energía.
Puedes ventilarla antes de irte a trabajar y otro rato más al volver, pero recuerda no hacerlo más de 20 minutos por habitación, hacerlo de forma individual y no crear corrientes.
Cambia a un sistema más eficiente
Sabemos que esto supone una inversión muy elevada y que no todo el mundo puede hacerlo, y más si estás de alquiler y el casero no está por la labor de mejorar la instalación. Lo más recomendable es tener cristales climalit que aíslan perfectamente del frío y del calor, así como aislar la vivienda tapando todas las rendijas por donde puede colarse el frío. También debes elegir un sistema de calefacción más eficiente y eso depende de si prefieres calentar una sola estancia o varias a la vez o toda la casa en general.
En el mercado hay calefactores individuales, estufas eléctricas, estufas de gas (poco recomendables por problemas de seguridad), calentadores termoventiladores, calderas eléctricas, aire acondicionado, radiadores eléctricos o termoeléctricos, calefacción radial, etc.
Termostato y enchufes inteligentes
Si dispones de una calefacción centralizada o localizada en un área amplia de la casa como puede ser el salón, tener un termostato inteligente puede ser muy útil. Por ejemplo, puedes conectar la calefacción media hora antes de llegar a casa, así llegará y sentirás un calorcito agradable, también puedes programar el termostato para que encienda el aire caliente un rato antes de despertar, que se apague de forma automática cuando alcance la temperatura indicada, etc.
Lo mismo con los enchufes inteligentes, ya que, desde el móvil, puedes conectar el calentador o el ventilador de techo para calentar la estancia antes de salir de la cama o de la ducha, también antes de llegar a casa de la calle.
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Esta es la temperatura ideal
Existe una horquilla ideal, en cuanto a la temperatura que debes poner en tu calefacción. Por debajo es fresco, y para eso mejor no gastar energía y, por encima, supone un riesgo para la salud física y económica, ya que un exceso de temperatura sin humidificador provoca que se resequen las vías respiratorias y supone un aumento del gasto energético y, por ende, una factura de la luz más elevada.
La temperatura idea es entre los 19 y los 21 grados de día y entre los 15 y los 17 grados de noche. Dormir con calor es muy negativo, ya que podrías sufrir una lipotimia. Debes abrigarte tú, y luego acomodar la estancia con alfombras, cerrar ventanas y persianas, ventilar sin corriente, y usar alguna calefacción eficiente.
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