Los robots al servicio del sexo: ¿Tendrías relaciones sexuales con uno?

En este siglo XXI, el amor y las relaciones son mucho más complicadas. Quizá las nuevas tecnologías han tenido mucho que ver con este cambio y aunque ciertamente los avances tecnológicos nos han ayudado a estar más conectados con el mundo, también nos han desconectado un poco de la realidad, al punto quizá de considerar tener robots al servicio del sexo.

En este siglo XXI, el amor y las relaciones son mucho más complicadas. Quizá las nuevas tecnologías han tenido mucho que ver con este cambio y aunque ciertamente los avances tecnológicos nos han ayudado a estar más conectados con el mundo, también nos han desconectado un poco de la realidad, al punto quizá de considerar tener robots al servicio del sexo.

Según publica la BBC, la posibilidad de tener relaciones sexuales con robots es una idea intrigante que ya ha sido propuesta incluso en el mundo del cine. “Her» y «Ex Machina» son dos de las películas más recientes que han trabajado con la idea de que los seres humanos no solo podrían enamorarse de robots, sino también que podrían desear tener relaciones sexuales con ellos.

Claro que, esta idea de tener robots al servicio del sexo no es algo nuevo. Durante varias décadas han sido muchos los que han fantaseado con el hecho de que los seres humanos puedan tener sexo con seres con inteligencia artificial. Sin embargo, hoy día se trata de un tema que toma cada vez más relevancia debido a los constantes avances de la robótica. Por ello hay quienes aseguran que la fabricación de robots para el amor y el sexo está mucho más cerca de lo que pensamos.

¿Se aproxima una revolución sexual?

robot strippersA pesar de que por todos los avances que se han dado en la robótica podamos creer que nos encontramos a las puertas de una nueva revolución sexual, la situación no es tan sencilla como parece. Muchos podrían pensar que así como se han creado robots para tareas domésticas, de igual manera podría construirse un robot para tener sexo. Sin embargo, el proceso es complicado.

Cuando se trata de una interacción a un nivel tan íntimo como el sexual, entran en juego muchos aspectos difíciles de controlar. Un robot al servicio del sexo para los seres humanos debe ser convincente y lo más importante, no debe atemorizar. La idea es que inspire excitación, no miedo y eso es algo que los robots de hoy día difícilmente pueden lograr.

Además de esto, para el diseño de este tipo de robots la industria del sexo tendría que superar otras barreras, en especial la que tiene que ver con la obtención de fondos. El financiamiento podría ser un gran obstáculo para la concreción de un proyecto de robots sexuales debido a que muchos inversores son reacios a poner su dinero en productos para adultos.


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De alguna manera la tecnología de esta era ya ha revolucionado el mundo del sexo con los diferentes aparatos que han salido al mercado en forma de juguetes sexuales. Muchos de ellos se conectan a aplicaciones y pueden simular sensaciones reales tal como los vibradores programables o los que son manejados con control remoto.

«Hay montones de cosas disponibles en este momento que anatómicamente tienen reminiscencias humanas y que facilitan una experiencia de fantasía que es más práctica que la pornografía y más fácil de controlar que tener sexo con una pareja real», dijo Shelly Ronen, una investigadora de la Universidad de Nueva York dedicada al estudio de las relaciones, el sexo y los juguetes sexuales.

Sin embargo, aunque técnicamente un robot sexual es cualquier cosa robótica con la que se puede tener sexo, cuando la gente habla sobre robots sexuales no se refieren a estos juguetes sino más bien a los robots que tienen forma humanoide, que puedan tener la capacidad de tener actividad sexual y que de alguna manera puedan “pensar” más allá de ser elementos que solo reaccionen a sus sensores.

Y es justo allí donde está lo complicado de diseñar un robot al servicio del sexo. Para que una máquina de este estilo pueda de alguna manera reemplazar a un humano en el sexo debe contar con ciertas características. Entonces nos preguntamos, ¿cómo debería ser un verdadero robot sexual?

A pesar de los grandes avances de la tecnología, aún existen muchos aspectos de los seres humanos que son desconocidos para los científicos y que son difícilmente imitables. Para que un robot sexual se asemeje a lo que haría una persona real, este debería poder seguir la mirada de su usuario, responder a sus expresiones faciales, aprender las posiciones que el usuario más disfruta, la presión que le gusta, e incluso ser capaz de iniciar acciones que el usuario pueda disfrutar.

«Los robots sexuales van a necesitar de la participación de muchas tecnologías: desde la nanotecnología a la capacidad de replicar texturas de piel no uniforme, pasando por la inteligencia artificial con capacidad para entender el lenguaje natural», indicó AV Flox, un periodista especializado en el tema.

¿Es posible enamorarse de un robot?

Actriz androide coprotagoniza filme japonés del dramaturgo Oriza Hirata
Actriz androide coprotagoniza filme japonés del dramaturgo Oriza Hirata

Las emociones y los sentimientos son complicados y si lo son para nosotros, lo serán también para un robot. De crear un robot sexual, el trabajo de los investigadores será enseñarles las distintas emociones que tienen los seres humanos. Lo difícil está en que si muchas veces ni nosotros las comprendemos, ¿cómo será posible traspasarlos a ellos?

El reto en este caso será poder crear emociones artificiales para que los robots sean capaces de conectarse y aprender de su compañero humano. El compendio de emociones que acompañan al sexo y a las relaciones es algo bastante complicado de imitar, lo que limita por los momentos la creación de un robot con estas características.

Ahora, dejando de lado el hecho de si el robot sería capaz de tener o no emociones, hay otra cosa que nos cuestionamos respecto a este tema. ¿Realmente los humanos pueden ser capaces de enamorarse de un robot?

Puede que en un futuro sí existan estos robots al servicio del sexo, pero más allá de satisfacernos sexualmente, ¿será eso suficiente para hacer que sintamos amor por ellos, tal como lo sentiríamos por una persona real? Según el Dr. Blay Whitby, especialista en ética de las tecnologías, si los robots llegaran a ser parte integral de nuestras vidas, sí sería posible enamorarnos de ellos.


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Y esto no es algo que solo lo cree el Dr. Whitby. En 2007 David Levy, experto británico en inteligencia artificial y escritor, dijo en su libro Amor y Sexo con Robots que dentro de cinco años estaríamos teniendo sexo con robots y que dentro de 40 años seríamos capaces de enamorarnos de ellos.

Sin embargo, aunque para muchos la idea de enamorarse de un robot no tiene nada de malo, el tema del amor y el enamoramiento con máquinas se ve afectado por cuestiones de ética y moral. Aunque con el paso de los años las opiniones sobre lo que es moralmente aceptable han cambiado, los robots sexuales no parecen haber llegado aún a un nivel de aceptación grande.

Así que, aunque pareciera que los robots al servicio del sexo podrían estar a la vuelta de la esquina, esto podría no ser así. Ciertamente la tecnología ha cambiado la forma en la que vemos y practicamos el sexo, pero eso no nos puede hacer creer que estamos al borde de una revolución sexual a causa de los robots.

Lo más probable es que eventualmente los robots sexuales lleguen al mercado, pero esto no ocurrirá de un día para otro sencillamente porque así no funciona la tecnología. Las primeras versiones llegarán dando traspiés y se irán especializando con el paso del tiempo, se enfrentarán con distintas regulaciones y de seguro serán bastante costosas en un principio.

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