LG G Flex: Prueba a fondo del phablet con curvas de LG

LG ha apostado por un cambio radical, lanzando su primer phablet curvo y flexible del mercado, el LG G Flex: Aquí sus características principales a prueba

En los últimos años, las novedades en los smartphones se han centrado en procesadores más potentes, pantallas más grandes, mejores cámaras y uno que otro detalle interesante como el desbloqueo biométrico que ofrece el Samsung Galaxy S5, y poco más… Es por esto que la propuesta de LG con el LG G Flex llama la atención por su diseño: La empresa coreana ha apostado por un cambio radical, lanzando su primer phablet curvo y flexible del mercado.

A ver, que es ligeramente flexible, tampoco es que se enrolla. Pero no puedo negar que el concepto de este nuevo móvil es interesante. El LG G Flex podría ser considerado o como un reto de ingeniería o como un experimento que busca demostrar que hay aún muchas cosas que pueden hacerse. Este dispositivo tiene una pantalla de 6”, lo que lo convierte en ese híbrido smartphone-tablet, o ‘phablet’, con el cual -por cierto- muchos podrían no sentirse del todo cómodos.

Pero más allá de sus dimensiones este móvil tiene varios puntos fuertes. Merece la pena destacar primeramente dos de ellos: Su resistencia y la duración de su batería.

La resistencia del LG G Flex viene dada gracias a la tecnología para pantallas POLED (Plastic OLED), la cual es mucho más fuerte, delgada y ligera, así como por su cubierta trasera con sistema de “auto-regeneración” de arañazos. La batería de larga duración también es un plus importante ya que este es uno de los puntos más débiles de las nuevas generaciones de móviles.

Sin embargo, este nuevo terminal no parece diferir mucho de otras propuestas del mismo fabricante, e inclusive muchos han llegado a decir que trata de un LG G2 con pantalla curva. Y ahora la pregunta que nos hacemos es si la curvatura es realmente útil…

Diseño

Sin duda que lo que más llama la atención de este terminal es su diseño curvo y la flexibilidad de su carcasa y panel. Este peculiar smartphone tiene una pantalla de nada menos que 6 pulgadas, con un grosor de 9mm y un peso de 177g.

A pesar de que el peso no es excesivo y es perfectamente manejable, el tamaño del móvil podría no ser muy cómodo para quienes no están familiarizados con dispositivos de tales dimensiones. Sin embargo, este tamaño quizá era necesario para poder apreciar bien la curvatura del móvil.

El LG G Flex también cuenta, al igual que sus hermanos, el LG G2 y LG G3 con botones en la parte trasera del dispositivo, específicamente las teclas de control de volumen y la de encendido.

Esta particularidad puede resultar cómoda por el agarre del móvil, sin embargo, el LED de notificación también se encuentra en la parte posterior, algo que podría no ser de utilidad ya que por lo general solemos colocar nuestro móvil con la pantalla hacia arriba. Con estos botones en la parte posterior, en los laterales del móvil solo nos queda la ranura de microSIM, los conectores de microUSB y el jack de auriculares.

Otra de las novedades del LG G Flex es la capa “auto reparadora” de la parte trasera. Un problema común son los rayones que les hacemos a los móviles cuando los ponemos junto a otros objetos como llaves o monedas.

Así que, para solucionar este problema, la empresa ha utilizado un material regenerativo que repara pequeños roces. No es que esta sea una solución mágica porque realmente no repara arañazos sino que regenera estos roces del desgaste diario gracias a que la carcasa incluye una delgada capa elástica que ayuda a que la cubierta no se deteriore tan rápido.

Pantalla

En cuanto a la pantalla del G Flex sí hay detalles que dejan bastante que desear, pues nadie espera que un terminal de gama alta y tan aparentemente novedoso tenga una resolución tan baja. Si, resulta que este terminal posee una decepcionante resolución de 720p en lugar de 1080p y la razón de esto ha sido precisamente la pantalla POLED (Plastic OLED), necesaria para la curvatura del móvil.

Así que para lograr el novedoso diseño, LG ha tenido que sacrificar – y mucho – la calidad de la pantalla, lo que ocasiona una gran pérdida de detalles visuales que, para ser honestos, quizá no valga la pena solo por tener una curvatura que no tiene mayor utilidad… ¿O sí?

Hardware, rendimiento y memoria

EL LG G Flex cuenta con un procesador Snapdragon 800 y CPU de cuatro núcleos Krait 400 a 2.26 GHz de velocidad, lo que nos ofrece precisamente lo que buscamos como usuarios: Una experiencia fluida y rápida, sin cortes y con acceso rápido a todo lo que necesitamos.

El G Flex, que ya cuenta con la última versión de Android KitKat, tiene un desempeño de aplicaciones excelente; funciona sin retrasos a la hora de ejecutar, un detalle excelente para quienes aman la experiencia multimedia. Y es que el terminal cuenta con una memoria RAM de 2GB y una capacidad de almacenamiento interno de 32GB, sin la posibilidad de expandirla ya que por la curvatura, el móvil tiene un solo cuerpo y no tiene soporte para tarjetas microSD.

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Cámara

Aunque el G Flex cuenta con una cámara de 13 megapixeles, los aspectos que la complementan dejan mucho que desear si la comparamos con otros terminales de esta gama. A pesar del sensor, el G Flex ha dejado de lado la estabilización de imágenes, un elemento que si posee el G2, y claramente el LG G3, el nuevo buque insignia de la coreana.

Así que el LG G Flex se ha prescindido del estabilizador óptico, lo que deja en manos del usuario la nitidez y el enfoque de las fotografías. Aunque no podemos decir que estas pierdan calidad porque seguimos teniendo buenas imágenes durante el día, durante la noche no ocurre lo mismo.

Autonomía

La batería es uno de los aspectos más relevantes del G Flex. A pesar de sus 6 pulgadas, este terminal presume de una pila de 3.500 mAh, lo que permite estar más de un día y medio usando el movil intensamente sin necesidad de preocuparnos por cargarlo. Sin duda una de las cualidades más importantes, y es un aspecto a felicitar.

Veredicto

Si nos fijamos en el hardware y en los acabados del G Flex no podemos negar que nos encontramos ante un phablet muy atractivo que puede competir con los mejores del mercado. Su potencia, autonomía y curvatura han dejado en evidencia el mundo de posibilidades que se abre para las nuevas generaciones de móviles, sin embargo, hay detalles del G Flex que parecen no merecer la pena el sacrificio de otras.

Si bien es cierto que el G Flex tiene a su favor su atrevido diseño, rendimiento en todos los sentidos y la mejora en la experiencia multimedia, tiene en contra los fallos de la pantalla y la calidad de su resolución, además de los detalles en la cámara, la cual a pesar de ser buena, está por debajo de otros terminales de esta gama.

La curvatura hace del G Flex un dispositivo interesante, pero ¿es realmente necesaria? Más allá de ser un atractivo visual no parece ser sino una aventura de ingenieria que nos lleva a pensar que no merece la pena, por ahora, si tenemos que sacrificar tantas cosas, sobre todo si se trata de la calidad de la pantalla.

Además de esto, el precio por el que se ha colocado en el mercado, que actualmente ronda los 400 euros, no llama mucho la atención cuando -por sus especificaciones- el G Flex podría ser considerado un LG G2 con pantalla curva, y éste ha bajado de precio desde que se lanzó el LG G3, que también probamos aquí, ubicándose en poco más de 300 euros. Así que si buscas un terminal de gran pantalla (en cuanto al tamaño se refiere) con un diseño diferente -y cuentas con el dinero suficiente- el LG G Flex es una buena opción. Si no es así, busca otros. Hay mucho dónde elegir.

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